Una nueva geografía de la explotación y usufructo de los recursos minerales se generó en la década del ’90. La preocupación por el cuidado ambiental sostenida por los organismos internacionales de crédito y las naciones desarrolladas dio como resultado el aumento de los estándares de protección ambiental en los países del Norte. La expansión de la megaminería en América Latina se dio en este marco que estableció un nuevo reordenamiento mundial, donde la regiones ricas en recursos están destinadas a transferirlos a los regiones con mayor nivel de desarrollo industrial y financiero, asumiendo los pasivos ambientales y obteniendo una parte significativamente menor de la renta. De este modo se consolidó la inclusión subordinada de la región en la nueva geografía minera. La propuesta consiste en seleccionar tres entradas analíticas que puedan contribuir a problematizar algunos aspectos específicos de la interrelación transregional de las desigualdades ecológicas y económicas: desarrollo y extractivismo – valoración diferencial de los recursos naturales – distribución de la renta y justicia ambiental.